
Sismos: la tecnología de punta del nuevo terminal internacional
04/07/2018 Vivimos en el país más sísmico del mundo y estamos construyendo nuevos edificios, con miles de metros cuadrados de fachadas de puro vidrio. ¿Cómo es posible?Según el NEIC, Centro Nacional de Información Sísmica en Estados Unidos, el planeta registra un promedio de 12.000 movimientos sísmicos al año. Siendo un país ubicado en la unión de las placas tectónicas Sudamericana y Nazca, Chile frecuentemente experimenta movimientos sísmicos, alcanzando más de 8.000 durante el 2017. Es por esto que las edificaciones del país requieren un nivel de planificación inigualable para asegurar su preparación de cara a posible actividad en la placa tectónica. Teniendo aeropuertos en otros países expuestos a riesgos sísmicos como Japón, VINCI Airports está familiarizado con estas tecnologías. Sin embargo, las técnicas desarrolladas en el aeropuerto de Santiago. Tras el terremoto del 27 de febrero 2010 con una magnitud de 8.8, la normativa de construcción fue modificada, llevando a las nuevas edificaciones a cumplir requerimientos de mayor exigencia para así estar preparadas ante futuros movimientos telúricos. Luego, por sus proporciones y nivel de exigencias, son únicas en los aeropuertos del grupo VINCI”. Rodolphe Gerardi, Subgerente de Supervisión, Diseño y Obras Nuevo Pudahuel.
Nuevo Pudahuel, consorcio formado por Groupe ADP, VINCI Airports y Astaldi Concessioni, busca convertir al aeropuerto Arturo Merino Benítez en un referente en la región, y esto incluye apostar por tecnología de punta en la construcción del terminal internacional, que aumentará la capacidad a 30 millones de pasajeros al año, aplicando soluciones estructurales adecuadas al terreno en el que está construido el aeropuerto de Santiago.
Cuando un sismo ocurre, se produce una liberación súbita de energía. El diseño del terminal internacional y construcciones que lo componen, tales como los espigones y conectores, están planificados para poder disipar esta energía de forma segura. Debido a la gran superficie del proyecto, que contará con 200.000 metros cuadrados, estas edificaciones se han dividido en una serie de unidades, sumando
38 edificios estructuralmente independientes, separados por juntas sísmicas, también llamadas juntas de dilatación. Este sistema se asegura de que cada edificio se comporte de forma independiente frente a un sismo y no choquen entre sí.
Para mantener la estabilidad de la construcción, cada una de estas unidades estructurales está apoyada sobre una serie de pilotes a nivel subterráneo, sobre los cuales se apoyan las fundaciones. Sobre las fundaciones nace la estructura de pilares, vigas, y losas de hormigón que conforman las edificaciones. Además, sobre esta losa de hormigón armado se apoya una estructura metálica que soporta la techumbre y fachadas de muros cortinas.
Pero el T2 no consiste solamente en edificaciones, sino que también incluye diversas instalaciones, tales como fachadas de vidrio o sistemas ignífugos. Estos elementos deben pasar por las juntas de dilatación para operar en los distintos edificios, y es necesario considerar sistemas que permitan un desplazamiento en caso de sismo.
El futuro terminal internacional se inspira por las ondas de la cordillera de Los Andes, es por esto que su arquitectura cuenta con diseños curvos y espacios amplios para mantener la armonía visual. Sin embargo, estos elementos arqueados presentan un desafío adicional en caso de movimiento telúrico. Para mantener la integridad de los mismos, el T2 cuenta con stiffeners, o soportes especiales de los muros cortinas. Este sistema compatibiliza los desplazamientos del hormigón armado y estructuras metálicas de las fachadas para evitar que los cristales pierdan su geometría, evitando que revienten en caso de movimientos. “El vidrio es casi indeformable, por esta razón y al fin de no tener problemas de rotura de termo paneles en cada temblor, tuvimos que estudiar un conjunto de muro cortina inclinado, capaz de moverse en su conjunto, en los tres ejes, lo que es un desafío al nivel diseño e implementación,” explica Rodolphe Gerardi, de Nuevo Pudahuel.
Para definir los lugares de anclaje, Nuevo Pudahuel cuenta con tecnología BIM (Building Information Modeling) que obtiene análisis de diseño en 3D para crear una maqueta a escala natural de los edificios que permite garantizar el correcto desplazamiento de los mismo mediante simulaciones sísmicas. Es así como Nuevo Pudahuel aplica el uso de la tecnología, adecuándose a las necesidades de construcción sin dejar de lado el desarrollo de una obra arquitectónica que cambiará para siempre lo que conocemos como aeropuerto Arturo Merino Benítez.
Sin embargo, para ofrecer la mejor experiencia aeroportuaria no solo es necesario marcara un hito en ingeniería antisísmica, sino que también es primordial transformar la experiencia del pasajero. Algo que Nuevo Pudahuel ya ha logrado mediante nuevos servicios pioneros en un aeropuerto en Latinoamérica, como han sido la apertura de la biblioteca digital en alianza con el Ministerio de Cultura, Arte y Patrimonio, o el proyecto de intercambio de libros.